Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Macabeos 10, 1-11

1 Macabeo y los suyos, guiados por el Señor, recuperaron el Templo
y la ciudad,

2 destruyeron los altares levantados por los extranjeros en la plaza
pública, así como los recintos sagrados.

3 Después de haber purificado el Templo, hicieron otro altar;
tomando fuego de pedernal del que habían sacado chispas, tras dos años de
intervalo ofrecieron sacrificios, el incienso y las lámparas, y colocaron los
panes de la Presencia.

4 Hecho esto, rogaron al Señor, postrados sobre el vientre, que no les
permitiera volver a caer en tales desgracias, sino que, si alguna vez
pecaban, les corrigiera con benignidad, y no los entregara a los
gentiles
blasfemos y bárbaros.

5 Aconteció que el mismo día en que el Templo había sido profanado
por los extranjeros, es decir, el veinticinco del mismo mes que es Kisléu,
tuvo lugar la purificación del Templo.

6 Lo celebraron con alegría durante ocho días, como en la fiesta de
las Tiendas, recordando cómo, poco tiempo antes, por la fiesta de las
Tiendas, estaban cobijados como fieras en montañas y cavernas.

7 Por ello, llevando tirsos, ramas hermosas y palmas, entonaban
himnos hacia Aquél que había llevado a buen término la purificación de su
lugar.

8 Por público decreto y voto prescribieron que toda la nación de los
judíos celebrara anualmente aquellos mismos días.

9 Tales fueron las circunstancias de la muerte de Antíoco, apellidado
Epífanes.

10 Vamos a exponer ahora lo referente a Antíoco Eupátor, hijo de
aquel impío, resumiendo las desgracias debidas a las guerras.

11 En efecto, una vez heredado el reino, puso al frente de sus asuntos
a un tal Lisias, estratega supremo de Celesiria y Fenicia.